Difundimos un análisis realizado por el profesor universitario y economista Humberto García Larralde, Presidente de la Academia Nacional de Economía, sobre la acelerada carrera inflacionaria en Venezuela, con la intención de promover el debate sobre este terrible fenómeno que pulveriza el ingreso de las y los trabajadores y condena a la pobreza a millones de venezolanos.
En su análisis, el economista identifica los elementos que generan la dinámica inflacionaria: crecimiento desorbitado de dinero sin respaldo para financiar sector público; abultados y sostenidos déficit del sector público; pérdida de confianza en el bolívar como depositario de valor; colapso del sector externo y alza desmedida del dólar negro; indexación creciente de precios y remuneraciones.
Para el economista, Venezuela ha entrado en el terreno de la hiperinflación y por ello argumenta que, para la existencia de este fenómeno, tiende a admitirse una inflación de por lo menos 1000% anual. Añade que según los cálculos de la Comisión Permanente de Finanzas de la Asamblea Nacional la proyección de inflación para el 2017, arroja una cifra que probablemente superará el 1,400%.
García Larralde señala que las consecuencias de la hiperinflación a la que estamos entrando son trágicas. «En primer lugar, está el empobrecimiento acelerado de la población, cuyas remuneraciones se quedan cada vez más rezagadas con respecto al alza de precios. Hoy el salario mínimo integral es de Bs. 456.507 bolívares, pero ya para finales de septiembre el Centro de Análisis del Magisterio (CENDAS) registraba que el costo de la Canasta Básica para una familia de cinco personas era de Bs. 3,9 millones. Tampoco los CLAPs resuelven el problema, ya que su cobertura solo cubre parte de la población y sus componentes no alcanzan para el mes, además de prestarse a corruptelas que desvían los alimentos para venderlos a precios de mercado. De manera que, mientras persista el gobierno en mantener sus políticas, se incrementará el hambre, la desnutrición y, con ella, la vulnerabilidad frente a enfermedades de todo tipo. Con la escasez y el precio sideral de los medicamentos (en comparación con los sueldos en bolívares), es de prever un número creciente de muertes que no tendrían por qué ocurrir».
Desde 2015 se vienen generando cifras históricas de inflación en Venezuela. En dicho período la inflación tuvo su nivel histórico más alto desde 1950, año en el cual el BCV comenzó a registrar dicho índice en el país. Maduro impuso entonces un nuevo récord al superar los índices más altos de inflación que se habían registrado hasta ese momento y que correspondían a los años 1989 (81%); 1994 (70,8%) y 1996 (103,2%), períodos en los cuales se realizaron severos ajustes económicos.
La caída del ingreso y del poder adquisitivo de las y los trabajadores venezolanos como consecuencia de la espiral inflacionaria, ha generado un acelerado incremento de la pobreza, lo que a su vez se ha traducido en mayores dificultades, sobre todo para la población más pobre y en situación de vulnerabilidad, para la satisfacción de sus necesidades alimentarias. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) reconoció en 2015, un nuevo incremento de la pobreza en Venezuela que, según el dato oficial situaba en 33,1% el porcentaje de hogares pobres para el primer semestre de 2015. En su reporte de 2015, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la Organización de Naciones Unidas (ONU) informó en su Panorama Social de América Latina informó que la caída del ingreso de las y los trabajadores venezolanos debido a los altos índices de inflación, continúo apuntalando el crecimiento de la pobreza en Venezuela, “ En la República Bolivariana de Venezuela, Honduras y México, el decrecimiento de los ingresos se constituyó en el principal factor de aumento de la pobreza.” Estudios independientes ubican la cifra de pobreza en niveles superiores a los reportados por el ente oficial. De acuerdo a la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) realizada por universidades nacionales, entre 2014 y 2015 la pobreza aumentó de 48% a 73%, y la pobreza extrema de 23% a 49%, duplicándose en los estados agrícolas. Para el cierre de 2016, la ENCOVI situó en 82% el porcentaje de venezolanos en situación de pobreza con un aumento de la pobreza crónica a 38%.
La dictadura de Maduro no sólo viola abiertamente los derechos a la libertad personal; a la vida y a la integridad personal, cometiendo asesinatos, torturas y detenciones arbitrarias en operativos de seguridad ciudadana o en el contexto de manifestaciones, sino que además impone un modelo económico que genera más exclusión y empobrecimiento y el desconocimiento de las obligaciones estatales respecto a la garantía de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la población. La dictadura de Maduro extinguió, debido al irresponsable manejo de las finanzas públicas y la represión generalizada, la posibilidad de consolidar un entorno favorable para luchar contra la pobreza y enaltecer el valor de los derechos humanos y la democracia.
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